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martes, 3 de agosto de 2010

Como lograr que su hijo escuche, comparta, y recoja


Mi hijo me lo dice muy claro y desafiante: no, no te estoy escuchando; no, no quiero compartir, es solo mío. Pero, hay un lugar donde aprenden estas habilidades más fácilmente que en casa: en la escuela. Este artículo de Diana Burrel en Parenting Magazine comparte los trucos de los maestros para lograr que nuestros hijos escuchen, compartan, y recojan sus cosas.

Para que escuche:
* Obtenga su atención
Algunos maestros apagan y encienden las luces, obre todo cuando hay mucha actividad y ruido. También puede sonar una campana, aplaudir, cantar –cualquier cosa que no sea gritar.
* Haga contacto visual
Ladrar órdenes desde otro cuarto no es la manera más efectiva para lograr que su hijo escuche. Bájese a la altura de su hijo para ayudarle a que se enfoque en sus palabras. Pídale que lo mire a los ojos y si eso no funciona, levántele la cabeza suavemente y dígale “necesito que ahora me escuches a mí”.
* Repita, repita, repita
Pídale que repita sus instrucciones en voz alta para reforzar su habilidad de escuchar. Por ejemplo, después de pedirle que se vista, pregúntele, “¿Recuérdame que es lo que te toca hacer ahora?” Cuando él le responda “ponerme la camiseta y luego los pantalones”, usted sabrá que la ha escuchado y entendido.
* Presión positiva
Tammy Markert, maestra de pre-kinder, logra que los desobedientes sigan sus instrucciones al alabar a los aplicados: “miren a Becky sentadita como le pedí. ¡Excelente!” Pronto los demás estarán gritándole “yo también, mírenme a mí.”

Para que comparta:
* Dele voz y voto
Los niños se sienten bien cuando pueden encontrar sus propias soluciones. La maestra Katrina Hall hace un juego de roles con sus estudiantes a compartir con una pelota o una muñeca para que así vayan practicando el compartir. Si su hija menor empieza a llorar porque quiere montarse en el triciclo que el mayor está montando, pregúntele al chico, “¿cuánto tiempo estarás en la bici?” o pregúntele a la pequeña:”¿crees que puedes jugar con la pelota un rato mientras esperas tu turno?” Si la solución parece idea de ellos, estarán mucho más dispuestos a compartir.
* Use una alarma
Un reloj alarma de manillas o de arena sirve mejor pues los chicos pueden ver el pasar del tiempo y no podrán discutir cuando le toque el turno a otro.
* Enliste ayudantes improbables
Cuando uno de los estudiantes de Annabell Olah rehusa compartir, la maestra saca a otro niño al frente de la clase y le pide que le ayude a dar una demostración sobre cómo compartir. En casa podemos enlistar al hermano o un amiguito/familiar que esté visitando.
* Compre en múltiples
Los maestros de preescolar por lo general compran materiales como pinturas, pelotas, arcilla, etc. en múltiples para que no siempre tengan que compartir. Crayones extras o hasta un duplicado de un juguete codiciado puede reducir fricción innecesaria.

Para que recojan sus cosas:
* Apéguese a una rutina
Los niños de edad preescolar aprenden que los juguetes se recogen después del rato de juego o recreo, o que sus tapetes deben ser doblados y puestos en su lugar después de la siesta. En casa se puede hacer lo mismo: “antes de cenar, debemos recoger todos los juguetes”, o “después que te pongas el pijama, tienes que poner la ropa en el cesto”.
*Dele preaviso
Algunos maestros dan aviso con dos minutos de anterioridad para que los estudiantes se vayan preparando mentalmente a la llega del final del juego y el tiempo de recogida.
* Piense en pequeños pedazos
Un cuarto lleno de juguetes es demasiado tentador y una distracción para un niño. Déjelo recoger por cincu minutos, tomar un descanso (fuera del cuarto) y regresar a la tarea o recoger por categorías, como todos los muñecos de peluche a la vez, después los crayones, etc.
* Haga un poco de magia
Puede pasar por el desorden diciendo en voz alta: “he oído hablar de una familia que tiene una magia para la limpieza, los juguetes se recogen mágicamente. Oh, como desearía que tuviéramos un poco de esa magia en esta casa” y luego váyase del cuarto. Cuando regrese y vea que su hijo ha recogido algunos de los juguetes, exclame: “Oh que suerte que tenemos, la magia está aquí. ¿Te diste cuenta?”
* Enséñele cómo se hace
Los más pequeños pueden confundirse con conceptos como “limpiar los juguetes”. Dígale “es tiempo de poner los bloques en su contenedor, ver a ver cómo lo hago”, o “mira cómo pongo los carritos en el estante, ¿me ayudas?”

Los maestros son realmente maestros en lograr que docenas de niños escuchen, presten atención, sigan instrucciones, compartan, y recojan. Lo hacen aprovechando el poder de la rutina, refuerzo y mensajes positivos, y ¡convirtiendo el trabajo penoso en diversión!
Anónimo dijo...

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Mar Varela dijo...

Yo utilizo algunas de las cosas pero a veces cuesta trabajo tengo tres niños casi iguales de edad y cuesta... pero me ha ayudado muchas cosas que he leido... gracias
Un beso