Las Wakaresaseya son profesionales de la ruptura, cuyo trabajo es encargarse de romper relaciones.
Lo más interesante aún es que estas mujeres son contratadas por las esposas mismas, que buscan divorciarse y obtener una compensación aún mayor de sus ricos maridos por adulterio.
En Japón las mujeres inician el proceso de divorcio en un 75% de los casos y el 27% de los matrimonios terminan en separación, una cifra que es el doble que hace 15 años. Pero, a menos que tengan prueba fehaciente de infidelidad u otra irregularidad, corren el riesgo de obtener pagos miserables por la corte durante la disolución del matrimonio.
Las mujeres que buscan meter al marido en adulterio, pagan hasta $2500 por semana a estas Wakaresaseyas quienes ganas unos $200'000 USD al año.
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