domingo, 27 de junio de 2010
El arte perdido de la correspondencia
Como niñas, muchas de nosotras recordamos a nuestras madres sentándonos a escribir notas de agradecimiento, cartas a las abuelas, invitaciones de cumpleaños, y mucho más. La caligrafía, ortografía, y la presentación eran cruciales, y a pesar de que de niños nos retorcíamos por no hacer este trabajo, ahora en retrospectiva vemos aquellos esfuerzos como un recuerdo grato y enriquecedor.
Sin embargo, en la era del correo electrónico, mensajes de texto, y redes sociales cibernéticas, algo se está perdiendo. Nuestros niños ya no suspiran por un derrame de tinta, ni verifican apresurados la ortografía de ciertas palabras en el diccionario. De hecho, con toda la jerga de mensajería instantánea que hay, ¡ni siquiera se molestan en escribir oraciones completas!
Y a decir verdad, como madres no son mucho mejores. En lugar de escribir tarjetas de agradecimiento después del baby shower, invitaciones de bautizo, o cartas de amor a nuestros maridos, nos conformamos con enviar un correo electrónico o una e-card.
Un correo electrónico, aunque elocuente, por lo general se elimina después de haber sido leído o se mete en una carpeta invisible para pasar irremediablemente al olvido. Las que crecimos escribiendo cartas: durante las guerras, a los familiares en el extranjero, para conmemorar cumpleaños y eventos sociales, sabemos cuán preciosa esas palabras escritas se han convertido con el paso de los años. Las cartas pueden convertirse en el recuerdo de un familiar muerto, una reliquia histórica, un recuerdo atesorado de una boda fabulosa, o un pedazo especial de un romance vivido.
Volvamos a los días en la creatividad, la caligrafía, el decoro, y la puntuación.
Tomemos el tiempo para enseñar a nuestros hijos la importancia de escribir cartas, incluso como complemento a las habilidades tecnológicas necesarias. Por encima de todo, vamos a involucrar a nuestros hijos en la tradición de cartas, y todos los recuerdos, la disciplina y la sinceridad que esta inspira.
Aquí están algunas ideas sobre cómo hacer que esto suceda:
• Ayude a su niño a hacer un buzón para la casa y escríbanse uno al otro.
• Deles libros creativos de caligrafía y alfabeto.
• Instituya un día semanal de cartas, donde cada uno escribe una carta a un pariente, su representante local, o su personaje de dibujos animados favorito.
• Suscríbalo a un programa de amigos por correspondencia en otro país.
• Conviértalo en una ocasión de él cuando llega una carta de respuesta, tomando turnos para leer los párrafos alrededor de la mesa.
• Proporcióneles sellos creativos, pegatinas, confeti y más para hacer la escritura de cartas más divertida.
• Publicar una lista de direcciones de la familia en el refrigerador o en la oficina donde los niños pueden fácilmente tener acceso.
• Recojan las cartas del correo por turnos, y vayan a la oficina postal juntos.
Tomarse el tiempo para escribir estas cartas al instante la transportará a un tiempo más dulce, más amable, a lo Belle Epoque, Cinema Paradiso o El Amor en Tiempos de Cólera.
Además de que el tiempo que dediquen a ayudar a sus hijos a escribir, le proporcionará ocasiones invaluables para acercarse a ellos, conocerlos mejor, y de inculcarles la importancia de las relaciones personales.
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